Todas las cosas obran para el bien

“¡No veo cómo esto puede obrar para el bien!”  Este es el pensamiento que me vino a la mente cuando mi esposo, Aníbal, murió después de cinco años de estar luchando contra el cáncer.  Desde el primer momento en que lo diagnosticaron nos habíamos parado firmes en la fe, creyendo que Dios lo iba a sanar – en contra de todos los pronósticos.  Estábamos esperando un milagro, y aun cuando su salud se deterioraba y parecía que su muerte era inminente, yo estaba convencida de que iba a ser sanado y que tendríamos un ministerio predicando acerca del poder de Dios para sanar.  Unos meses antes había recibido una palabra profética que parecía confirmar esto: ¡Dios me había dicho que de mí saldría gozo, alabanza y un ministerio!  Imagínese mi desilusión y confusión cuando no vi el final que esperaba.  ¿Cómo iba a obrar esto para el bien?  ¿Qué tipo de ministerio podría tener después de tener semejante “fracaso de fe”?  ¿A quién le interesaría oír mi historia cuando el resultado no había sido lo que esperábamos?”

Pero Dios ha sido fiel a Su palabra.  Aníbal murió hace ocho años.  Y ahora estoy escribiendo en un avión, regresando de Bogotá (Colombia), donde hice el lanzamiento oficial de mi libro Lecciones Aprendidas en la Batalla.  Más de 150 personas asistieron a escucharme compartir lo que aprendí durante la etapa más difícil de mi vida, y de cómo Dios me fortaleció, me ayudó y me dio ánimo en todo ese trayecto.  Recibí muchos comentarios positivos.  Muchas personas me agradecieron por compartir mi perspectiva de la victoria – esa victoria que a veces no reconocemos y no sabemos apreciar, pero que podemos tener cada día.

Cuando Aníbal murió hubo varias personas que me dijeron: “Siento que Aníbal haya perdido su lucha contra el cáncer.”  Pero el día en que él dejó su cuerpo terrenal entendí como nunca antes la realidad de Romanos 8:35-39:

¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia? Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.  Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.

El enemigo vino a nuestras vidas a robar, matar y destruir.  Y a simple vista diríamos que había ganado.  Pero a pesar de todo lo que vivimos, nada nos pudo separar del amor de Cristo.  ¡Nosotros ganamos!  Aun ahora, Aníbal está disfrutando de la plenitud de vida en la presencia de su Padre, ¡y yo estoy compartiendo el amor de Dios, la fortaleza de Dios, la fidelidad de Dios y el consuelo de Dios con cientos de personas!  Estoy consolando con el consuelo que recibí de parte de Dios.  Estoy ayudando a otros con la ayuda que recibí del Señor.  Estoy fortaleciendo a otros con la fuerza que recibí de Él.

En ese entonces no tenía forma de ver cómo Dios lo iba a hacer; pero ahora, mirando hacia atrás, me doy cuenta de que Su palabra sigue siendo verdad: “Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito” (Romanos 8:28).

Tal vez esté pasando por algo difícil y no alcance a imaginarse cómo su situación podría obrar para bien.  Quiero animarle a confiar en Dios.  Él ciertamente puede hacer mucho más abundante de lo que pensamos o esperamos.  Y si se las entrega a Él, ¡TODAS LAS COSAS obrarán para bien!


Dra. Chiqui Polo-Wood   |  2015 Todos los derechos reservados.

One thought on “Todas las cosas obran para el bien

Leave a comment